Los Duendecillos de Cornualles

Los duendecillos de Cornualles, tambien conocidos simplemente como duendecillos, son unas pequeñas criaturas revoltosas y muy traviesas, de color azul brillante, a las que les encanta hacer trucos y bromas, son capaces de crear un verdadero desastre. Son capaces de volar, y disfrutan tirando de las orejas a la gente y arrastrarlos hasta dejarlos en la cima de los árboles y edificios, mostrando una fuerza increíble para su tamaño. Los duendecillos de Cornualles solo pueden comunicarse con otros duendecillos, sus voces son descritas como "tan agudas como un montón periquitos discutiendo". Hay que tener mucho cuidado con ellos pues son capaces de causar muchos destrozos, especialmente cuando hay muchos de ellos encerrados en una misma habitación.

Historia:

En Cornualles, en el siglo XVII, Dymphna Furmage, una bruja que estaba de vacaciones, fue secuestrada por los duendecillos. Esto la llevó a un temor eterno hacia ellos, lo que la llevó a solicitar que el Ministerio británico de Magia erradicara a esta especie. Su solicitud fue rechazada, y murió en 1692. Aun así, los duendecillos fueron conocidos desde ese momento como Duendecillos de Cornualles.

  • Color de piel: Azul.
  • Nativo de: Cornualles, Inglaterra.
  • Clasificación del ministerio de magia: XXX.
  • Estatus: Bestia.
Comportamiento:

Pueden llegar a formar una colonia, anidando en troncos huecos y hoyos del suelo.

Son muy revoltosos: les encantan los engaños y las bromas pesadas. Como anteriormente se mencionó, mo tienen alas, pero pueden volar y a veces atrapan por las orejas a personas desprevenidas y las ponen en las copas de árboles altos o en las azoteas de edificios. Ya que uno de sus poderes mágicos es la enorme fuerza que tienen en relación con su masa muscular. Pueden levantar a un humano entre tres de su especie.

Peso y Tamaño:

El Duendecillo mide aproximadamente 20 centímetros de alto y su peso es de aproximadamente 1/4 de kilo.

Ovología:

Pone unos pequeños huevos rojos de forma ovoide mientra son muy jóvenes. A los trece días, ya pueden comenzar a aparearse y a poner huevos.


Hábitat y Alimentación:

Prefieren los climas húmedos y sub-gélidos, por eso eligen Cornwall, Inglaterra, preferentemente.
Se alimentan principalmente de pequeños insectos como moscas, zancudos, arañas, abejas, etc. Pero prefieren, al igual que los Imps: las libélulas, por sobre todas las cosas.

Hechizo para detener a un duendecillo:

Petrificus totalus: Si me encontrara con los duendecillos yo creo que llegaría a utilizar este hechizo ya que lo que hace es dejar a la víctima totalmente inmóvil. Esta maldición se utiliza principalmente para limitar la libertad de movimientos del oponente.

Esto haría que los brazos y las piernas de la víctima que en este caso serían los duendecillos se quedan pegados muy rígidamente y terminen cayendo. Sin embargo, el hechizo no interfiere en la respiración ni en la visión del individuo lo que para mí sería un alivio porque mi intención no es matar simplemente defenderme. Igual podría servir el encantamiento inmobilus, Hermione lo realizó contra esta especie y fue bastante efectivo.

Curiosidades:
  • En Animales Fantásticos y Dónde Encontrarlos, se dice que el duendecillo es capaz de volar sin alas, sin embargo, en la adaptación cinematográfica de Harry Potter y la cámara secreta se muestran claramente con alas. Es posible que así lo eligieran los productores de la película.
  • En Harry Potter y las Reliquias de la Muerte Parte 2, aparece un nido de duendecillos en la Sala de los Menesteres. Se cree que esos duendecillos son los mismo que Lockhart liberó en la segunda película.
Cita:

"Los duendecillos eran de color azul eléctrico y medían unos veinte centímetros de altura, con rostros afilados y voces tan agudas y estridentes que era como oír a un montón de periquitos discutiendo. En el instante en que había levantado la funda, se habían puesto a parlotear y a moverse como locos, golpeando los barrotes para meter ruido y haciendo muecas a los que tenían más cerca. Varios alumnos gritaron y otros contuvieron su sorpresa, no por los duendecillos, sino por la criatura que tenía el candado de la jaula en las manos".



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